El ex MLB Felipe Rivero es hoy lanzador de Marineros de Carabobo en la Liga Mayor de Béisbol Profesional de Venezuela, el circuito de verano en el que se asoman varios peloteros de experiencia ligamayorista y algunos importados que otrora tuvieron rol protagónico en organizaciones de Major League Baseball. En ese mismo circuito, Rivero intenta regresar a la pelota tras una larga y espinosa ausencia que incluyó delitos de índole sexual, prisión, deportaciones y una pesada cruz social que llevar a cuestas.
Tras conocerse la deportación desde Estados Unidos de quien alguna vez se llamó Felipe Vásquez, escribí un artículo titulado «Preguntas y respuestas del caso de Felipe Rivero…o Vásquez» intentando aclarar el hasta entonces panorama. Hoy las cosas han cambiado, y el zurdo que alguna vez cerró juegos para los Piratas de Pittsburgh, hace lo propio hoy con el conjunto valenciano.
El periodista José Ángel Rodríguez escribió en lmbp.net acerca de Felipe Rivero, 5 años después, la frase que a la vez es el titular de su artículo repasa los delitos a los que Rivero fue sometido por ante la justicia de la tierra del Tío Sam y por los que pasó alrededor de cuatro años tras las rejas.
Resalta también en su escrito, que Rivero decidió eliminar las restricciones que tenía en sus redes sociales. Ya sabemos como funcionan estos medios sociales, llenos de usuarios hambrientos en ocasiones de odio, y todo lo que usted se pueda imaginar. Es una carga muy difíciles para todo aquel que ha sido imputado, sentenciado y castigado por cualquier delito. El asunto de ser menor de edad representa un agravante desde todo punto de vista.
Recuerdo que apenas se conoció la deportación de Rivero, el periodista Marcos Grunfield posteó parte de una conversación que tuvo con el lanzador. Parafraseando un poco, Rivero le dijo que en su momento estaría listo para hablar y contar su versión.
Hoy, en junio de 2024, eso no ha sucedido, pero se vienen asomando brotes que invitan a pensar en esa promesa. Al menos yo siento tener el deber de escuchar una versión de Rivero.
Esos brotes, incluyen su regreso a los campos de béisbol, y la Liga Mayor es un paso grande en lo que respecta a sus aspiraciones personales.
Rivero sabe que MLB es cosa del pasado, pero es optimista sobre la posibilidad de seguir jugando. Veremos que tiene la vida preparada para el. Esas cargas morales son duras. Recuerden los casos como los de Julio Machado y Francisco Butto.
¿Podrá Rivero soportar esa cruz social y moral? ¿Recibirá una oportunidad en la LVBP? ¿En algún momento contará su versión?