Henry Blanco y Keibert Ruiz como padre e hijo en los Nacionales de Washington
Luego de pasar 16 temporadas en las grandes ligas vistiendo el uniforme de casi una docena de equipos, Henry Blanco tiene ahora otra función. Es coach de receptores y estrategia de los Nacionales de Washington. Un trabajo exigente que lo mantiene ocupado, en especial con un particular pupilo.
El especial alumno tiene etiqueta de super prospecto y ya goza de un millonario contrato. Se trata del venezolano Keibert Ruiz, quien al igual que Blanco desarrolla su carrera como pelotero detrás del plato.
Química
Firmado originalmente por los Dodgers de Los Ángeles, Ruiz pasó a los Nacionales de Washington el año pasado en un cambio que involucró a Max Sherzer y Trea Turner. El equipo le ofreció un contrato de 8 años y 50 millones de dólares asegurando el futuro del valenciano.
Ruiz llegó a un equipo en reestructuración y Blanco encontró en Ruiz una especie de hijo. «Todo viene del béisbol, estar aquí todos los días por siete, ocho meses, comienzas a ver esto como una familia».
«No es fácil, aparte de ver esto como un trabajo, lo vemos como familia», afirma el coach.
«Hemos tenido buena química, y poder decirnos las cosas que tengamos que decirnos, él no es perfecto y yo tampoco lo soy». Suelta Blanco inmediatamente después de finalizar algunos ejercicios defensivos con el joven receptor.
Claro y raspao
Parte de las facetas de los técnicos es entender a los jugadores, en especial a los jóvenes. El mismo Keiber afirma saber las exigencias de la posición número dos.
«Ser catcher de todos los días no es fácil, la receptoria es una posición que te desgasta» suelta Ruiz.
«Henry está ahí en cada momento, su experiencia aporta mucho a mi juego y a mi carrera».
Blanco es un tipo que se caracteriza por hablar como dicen en Venezuela «claro y raspao». En ese sentido siente que debe comunicarle a Ruiz y al grupo de peloteros las cosas de la manera adecuada, sin rodeos.
«En ocasiones yo quiero trabajar y el se siente cansado, uno debe entender eso, pero también hay que aprovechar el tiempo», agrega. «Sí llegas temprano y hay tiempo libre, ¿por qué no dedicar ese tiempo a trabajar cualquier cosita?. Dice.
Vieja Escuela vs Nueva Escuela
No es asunto de comparaciones, pero Blanco sabe que el béisbol vive épocas diferentes. Uno de esos elementos distintos tienen que ver con la ofensiva en los receptores.
«Si no trabajas en esta industria, se te acorta la carrera», dice Blanco quien bateó para .223, OPS de .649, 72 jonrones y 279 empujadas en su carrera ligamayorista,
Las habilidades defensivas de Blanco y el manejo de lanzadores le mantuvieron en el negocio por muchos años, pero hoy las cosas han cambiado. Los receptores deben batear. «En estos tiempos yo no hubiera durado tanto en el negocio».
Blanco cree que ese rol de padre traspasa el núcleo familar. «la forma en que uno les hable a los peloteros jovenes eso puede cambiarles la vida, yo nunca fui rebelde, ahora es que lo soy» afirma entre risas.
Como un padre
La relación Blanco-Ruiz no se limita al trabajo coach-pelotero. También minutos antes del juego, Ruiz mascota en mano, busca desesperadamente entre sus compañeros una cara conocida.
A lo lejos localiza el objetivo y llama a Henry para calentar el brazo.
Blanco, como un novato, corre a buscar una mascota, se ajusta la gorra, toma una pelota y corre en dirección a Ruiz para iniciar la rutina de calentamiento mientras brome con su paisano.
«Eso es todo, saber como llegarles a ellos. Se trata de elaborar una rutina diferente a los demas, que se sientan cómodos y estar ahí para ellos».
Mas sabe el diablo por viejo que por diablo
El béisbol es como la vida misma, suceden cosas extraordinarias, pero también pasan cosas inimaginables. Keibert es joven y cada día ve algo que representa una novedad.
A sus 24 años entiende que sus mentores, tienen más carreraje, por ello intenta sacar provecho a esa información.
«En el juego, cada día suceden cosas que uno no ha visto, ahí es donde cobran importancia los consejos de Henry quien ya transitó esos caminos».
También escucha a Blanco sobre el bateo. «No fue un super bateador, como dicen» bromea, «pero sabe de fundamentos» resalta Ruiz.
«Hay que estar listo, estamos en MLB, es el mejor béisbol del mundo y en cualquier momento vas a encontrarte a un lanzador tirando 100 milas por hora».
El que crea
«Tengo libertades detrás del plato, llamo el juego, tengo esa oportunidad, eso habla de la confianza que me tienen aquí».
Como dicen en Venezuela, Padre no es solo el que cría, también en el que crea. Blanco está creando un hombre de éxito en Keibert Ruiz.
Henry cree en Keibert.
Foto: Ronald Martínez/Gettyimages.