Jesús Linares @jesuslinares23
Un nuevo episodio oscuro en el deporte venezolano, en el que las influencias de poder de personajes importantes del gobierno, a través de diferentes mecanismos se han apropiado de un equipo que representa la tradición de un estado del oriente venezolano. Los Guaiqueríes de Margarita y la novelesca tragedia que arrastra su destino y acompaña a una afición que ha vivido logros, angustia, dolor y decepción.
Érase una expropiación
Todo comenzó en el año 2011, cuando el presidente Hugo Chávez aprobó el decreto de expropiación de la naviera Conferry, compañía propietaria del 98% de las acciones de Guaiqueríes de Margarita BBC, S.A., dueña del equipo de baloncesto Guaiqueríes de Margarita cuyos orígenes se remontan al año 1977.
El decreto Número 8486 de fecha 27 de septiembre de 2011 publicado en la gaceta oficial número 39.766 estableció que la adquisición forzosa afectaría solo aquellos bienes relacionados con la actividad marítima, lo cual se evidencia en el contenido del decreto. Los motivos que originaron la intervención estaban relacionados directamente con la actividad naviera, quedando los entonces ministros de Transporte y Turismo Francisco José Garcés Silva y Alejandro Antonio Fleming Cabrera encargados del cumplimiento del decreto presidencial a través de la respectiva comisión administradora temporal.
El asunto estaba claro, en palabras más sencillas el decreto no afectaba la totalidad de los bienes pertenecientes a Conferry, sino a aquellos destinados a la actividad de transporte marítimo (Así lo establecería el Tribunal Supremo de Justicia años más tarde).
El proceso expropiatorio en la ley venezolana establece una fase amistosa de negociación. Las partes estuvieron reunidas en ese entonces a los efectos del justiprecio (pago del precio por la expropiación) y según informes obtenidos por Pelota Brava, Guaiqueríes de Margarita nunca estuvo dentro de las negociaciones, precisamente porque no formaba parte de los bienes afectados).
Según el abogado de la familia Tovar, Martín Alonso Guerrero, se generó una confusión en ese entonces ya que Guaiqueríes no tenía nada que ver con el objeto social de Conferry, pero le fue presentado al hoy fallecido expresidente Chávez un punto de cuenta donde le sugerían mantener el equipo en manos estatales, controlado y administrado por el Ministerio del Deporte cuyo titular en aquellos días era el margariteño y amigo de Anthony Coello, Héctor Rodríguez Castro, hoy gobernador del estado Miranda.
Nuevo Cacique
El 18 de noviembre del 2011 un nuevo pronunciamiento apareció en la gaceta oficial número 39.803 del entonces Ministerio de Transporte Acuático nombrando a Coello y su equipo al fente del equipo. Ya no se hablaba de bienes «relacionados con la actividad naviera» sino de que el equipo de baloncesto venezolano Guaiqueríes de Margarita era parte del patrimonio de Conferry, por lo que el equipo deportivo quedaba sujeto a la afectación forzosa.
¿Cómo lo hicieron? la gaceta menciona entre sus consideraciones que el Ministerio del Deporte debía «impulsar y fortalecer el nivel competitivo y las condiciones del equipo Guaiqueríes de Margarita. Lo que suponía que el control y administración del equipo pasaba a manos del estado, designándose una Comisión Técnica Deportiva conformada por Hanthony Coello, Rosa Indriago, Miguel Bermúdez y Eneas González. Hoy Coello es la mano detrás del entramado que rodea al equipo neoespartano y que con su poder ha logrado burlar cuanto mecanismo legal y judicial han intentado los dueños originales del equipo.
Las maquinaciones y movimientos de Coello y su grupo de colaboradores comenzaría a gestarse desde el mismo 2011, momento en el que tras bastidores, construyeron un plan para mantenerse al frente del equipo.
Junto a Hanthony Coello, aparecería por primera vez el nombre de Rosa Indriago vinculado a Guaiqueríes de Margarita. Corrían las frescas tardes margariteñas de noviembre 2011.

La hora de los tribunales
La familia Tovar decidió acudir a los tribunales venezolanos en busca de justicia. El 17 de marzo de 2015 presentaron demanda de nulidad en contra de la resolución 003 del 17/11/2011 publicada en la gaceta oficial número 39.803 el 18/11/11. La demanda buscaba dejar sin efectos el nombramiento de Coello y compañía hecho por la entonces ministra Elsa Iliana Gutiérrez Graffe.
Resalta Guerrero que en 2018, la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia declaró con lugar la demanda, es decir, anuló todos los nombramientos previos, incluidos el de la Comisión Técnica que presidía Hanthony Coello y ordenó al Ministerio de transporte acuático la devolución del equipo a sus dueños originales, es decir a la familia Tovar.
Para sorpresa de muchos, desde el despacho respondieron que el equipo estaba en manos de MinDeporte. Ante la inminente pérdida del equipo (parecía ser cuestión de tiempo), Coello y su gente estaban preparados desde el 2012 con movidas políticas y estrategias legales que a la postre les permitieron burlar la justicia.
Ante varias peticiones de la parte afectada, el TSJ ordenó a MinDeporte la devolución del equipo a sus dueños originales, pero no se cumplían las ordenes del juez, en este último caso de la magistrada María Carolina Ameliach Villarroel. Eran notorias las diferencias entre bandos de poder en el chavismo. Se dejaban ver grietas entre el poder legislativo y el judicial.

En ese lapso, varios directivos desfilaron por las sillas de Guaiqueríes. Nombres vinculados al gobierno, o al chavismo pasaron por «La Tribu», además de Anthony Coello, Luis Velásquez, el militar capitán Sergio Elián Silvio Prato, Alejandro Otaiza y Leopoldo Espinoza asumieron la presidencia en diferentes momentos. Otros como Richard Medina, Alexander Quiroz, Rinyd Marcano, José Mora, Maruja Guevara, Armando Rodríguez y Gianni Patiño, entre otros, ocuparon cargos dentro de la junta directiva. Cabe destacar que ninguno de los antes mencionados presentó informes de gestiones, ni rendición de cuentas por las funciones encomendadas a pesar de que en algunos momentos, manejaron fondos millonarios a través de varios mecanismos para la adquisición de divisas como Cadivi y Rusad, ayudas y patrocinios.
Todas las gacetas con los respectivos nombramientos de directivos establecían expresamente las facultades de la junta directiva, incluidas la administración, conservación y custodia de los bienes. Contrario a lo que muchos quisieran, la facultad de administración conlleva deberes y obligaciones, en este caso la la resolución textualmente les ordenaba a su vez «rendir cuentas al MinDeporte de los actos realizados en el ejercicio de sus funciones».
A la fecha no hay registros conocidos de informes de gestión de ninguno de los directivos antes mencionados. Pelota Brava intentó contactar a dichos funcionarios pero no obtuvo respuestas.
Estos movimientos surgían con los nombramientos de nuevos ministros, por MinDeporte pasaron además de Héctor Rodríguez, Alejandra Benítez, Antonio Álvarez, Pedro Infante y Mervin Maldonado como máximas autoridades. Coello era la figura que en las sombras controlaba las operaciones del equipo, figuraba en ciertos puestos políticos del chavismo desde la juventud del PSUV, viceministro de la cartera de justicia y paz, así como otros cargos importantes, incluido el de diputado por voto lista nacional.
Era frecuente verlo aparecer en el Gimnasio Ciudad de La Asunción, cuando volvía de Caracas hacia su natal isla de Margarita.
Coello también aspiró cargos de elección popular. Fue derrotado en las elecciones de la alcaldía del municipio Mariño en Nueva Esparta el año pasado, previamente había perdido las elecciones de diputados en 2015 como representante del estado. Los cargos asignados entre colegas de la política son una cosa, los votos del pueblo son otra. Coello lo sabe muy bien. Fue un joven formado en las bases del chavismo, conoce bien el funcionamiento del sistema.

¿Y la devolución del equipo pá cuándo?
La legislación venezolana establece dos tipos de cumplimiento. El voluntario, que ocurre cuando la parte derrotada cumple la obligación por sus propios medios dentro del plazo establecido para ello. Este cumplimiento debe ser libre, voluntario sin coacción. Suponía entonces una especie de encuentro amistoso entre los representantes de MinDeporte y los dueños del equipo en el que se las partes se sentarían, entregarían cuentas, informes, números, etc de una manera amistosa, insisto, en el plazo que estableció la sentencia.
Pero. ¿Qué ocurre si la parte vencida no cumple voluntariamente la decisión del juez? la ley tiene el remedio procesal para tal inacción del obligado. Explicaba Guerrero que en estos casos, procede la intervención de la justicia para acatar el fallo (sentencia). En ambos casos se fijan plazos para la ejecución. La ley exige que debe agotarse el lapso de cumplimiento voluntario previa a la exigencia del forzoso. Esto conlleva tiempo, pero era una utopía pensar que desde MinDeporte cumplirían.
«Se negaron a cumplir en uno u otro caso» acotó el jurista. «Es como que te den un carro para cuidarlo y administrarlo, y cuando te ordenan devolverlo, tu lo pintas, le cambias el color y ahora dices que ese no es el carro» enfatizó el apoderado de la familia Tovar.
Cestas de poder
El control del baloncesto nacional también estaría entre ceja y ceja para Hanthony. En diciembre del 2019 fue electo presidente de la Federación Venezolana de Baloncesto. Se convertía de esa manera en la máxima autoridad de ese deporte en el país. Los problemas federativos que aquejaron al basket venezolano serían cosa del pasado, resaltaba Coello en su primera intervención al frente de la FVB.
La plancha única que se presentó a las elecciones obtuvo 74 de 75 votos presentes en la sede de la federación esa mañana decembrina.
La estrategia al frente del ente federativo fue de neutralizar la entonces Liga Profesional de Baloncesto, para darle paso a la creación de la Super Liga de Baloncesto y más recientemente una especia de fusión de ambas ligas. Un nuevo modelo que sugería mejoras al anterior torneo. Guaiqueríes de Margarita fue parte integrante de este nuevo proyecto con un campeonato y un subcampeonato en los dos torneos celebrados bajo el formato Super Liga y Copa Super Liga.
Con Coello al frente de la federación, la Fundación Guaiqueríes de Margarita pudo inscribir el equipo sin mayores trabas ante la primera edición de la Super Liga, en la Copa LPB y por supuesto en la recién iniciada Super Liga Profesional de Baloncesto.
¿Cómo la liga permitió que una fundación y posteriormente una empresa inscribiera un equipo de baloncesto profesional cuya titularidad y nombre es reconocido a unos propietarios distintos (Flia Tovar) a quienes la misma liga reconoce como dueños del equipo y del nombre?
La junta directiva de la Super Liga encabezada por su presidente José Guerrero, emitió un comunicado en el que reconocen «la propiedad y tradición de la familia Tovar-Mata sobre su divisa», reconociendo incluso que fueron invitados a participar en la Super Liga de Baloncesto, pero que no cumplieron los requisitos o «mínimas condiciones» que el resto de los asociados si cumplió, incluyendo por supuesto la compañia controlado por Coello, Guaiqueríes Sport Production, C.A.
Los dueños originales afirman que se presentaron en la sede de la asamblea a los fines de inscribir el equipo y Coello dio órdenes directas de no permitirles el acceso y menos de formalizar la inscripción del equipo. Para que se entienda, el presidente de la Federación es quién decide en el seno de la Super Liga de Baloncesto, eso solo se logra con poder. La posición actual de Coello al frente de la FVB fue la que hizo posible que una empresa de maletín propiedad de una amiga personal de Coello, fuera aceptada con el nombre de Guaiqueríes.

As bajo la manga
El 18 de julio de 2012 nació una persona jurídica que permanecería engavetada hasta que fuere necesario de acuerdo a las estrategias que tenía Coello. Un fichaje maestro que estaría en el banquillo y que haría su estreno cuando las circunstancias lo exigieran. Se trataba de una figura utilizada para de algún modo burlar la decisión judicial de entregar el equipo a sus dueños.
Ante la inminente devolución del equipo, los administradores decidieron emplear la fundación. En fin, para algunos, Guaiqueríes de Margarita BBC, S.A., no era más que «un acta constitutiva y unas actas de asamblea, solo eran papeles, no había bienes, ni dinero en la cuenta del Banco Bicentenario, nada, no tenía patrimonio» afirmó un exdirectivo del equipo.
La Fundación Guaiqueríes de Margarita, nace en el Registro Público del estado Nueva Esparta, según su documento constitutivo inscrito bajo el número 8, folio 29, Tomo 8 del protocolo de transcripción del 2012, Leopoldo Espinoza es el presidente y Johan Rodríguez su vicepresidente. Espinoza, otrora empleado del club y de la familia Tovar ha estado vinculado al equipo por muchos años. Por su parte Rodríguez, figura también como Secretario de Pesca de la gobernación del estado Miranda y preside además un instituto autónomo adscrito a dicha entidad. Uno de los hombres de confianza del gobernador Héctor Rodríguez.

Para sorpresa de propios y extraños, la fundación fue quien inscribió al equipo Guaiqueríes de Margarita ante la Super Liga de Baloncesto, desconociendo y dejando de lado los derechos de propiedad que tiene la sociedad mercantil Guaiqueríes de Margarita BBC, S.A. El abogado representante de los Tovar reconoce que en varios momentos personeros del gobierno se reunieron con los propietarios del club pero no llegaron a ningún acuerdo en términos económicos.
Ocho años después de su creación, la Fundación Guaiqueríes de Margarita haría su debut oficial en el tabloncillo, como representante del equipo que lleva su mismo nombre y que tanta tradición ha tenido en la historia del deporte venezolano. Los Tovar atacarían.
Pa tribunales otra vez
En abril de 2022, el apoderado de la familia Tovar acudió nuevamente a los tribunales, esta vez para demandar a la Fundación Guaiqueríes de Margarita. Guerrero en su escrito le solicitó al tribunal que exigiera a los administradores de la fundación consignar documentos relativos a la conformación de patrimonio de la fundación, toda vez que del documento constitutivo se desprende que los aportes fueron hechos por la compañía Guaiqueríes, pero Guerrero insiste que no es cierto. También solicitó una rendición de cuentas, abstenerse de participar en torneos profesionales de baloncesto y aquellos organizados por la FVB. Finalmente pedía la disolución de la fundación. Todo basado en la supravigilancia que tiene el estado sobre este tipo de personas jurídicas.
El expediente fue signado con el número 25.847 correspondiente al Tribunal Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Terrestre y Marítima del Estado Nueva Esparta cuya titular del despacho es la jueza Marianny Velásquez.
El 26 de abril de 2022 el tribunal admitió la demanda y decretó una medida cautelar en la que ordenó a la fundación «abstenerse de participar en torneos profesionales» entre otros puntos tales como la utilización del nombre Guaiqueríes de Margarita para tales fines. El expediente siguió su curso y Leopoldo Espinoza atacó y se defendió en calidad de presidente de la fundación. En los pasillos del piso 4 del Palacio de Justicia de La Asunción, empleados tribunalicios comentaban que Coello era quien controlaba las decisiones de la fundación. «El busca los abogados, se reúne y discuten todo, es el dueño» dijo un funcionario con conocimiento del caso.

Curiosamente, desde los ventanales del piso 4 de los tribunales se puede ver rodeado de un pintoresco paisaje verde, muy cerca el gimnasio cubierto, casa de los Guaiqueríes de Margarita.
Refiere Guerrero que en 2020, la LPB en el seno de su asamblea acató la sentencia que ordenaba la devolución del equipo a sus dueños, incluso que el presidente de la Super Liga le dijo que en esas condiciones el equipo administrado por la fundación no iba ser aceptado, pero la reciente fusión entre la LPB y la Super Liga parece haber enterrado a la Liga Profesional de Baloncesto. La inscripción fue aceptada y el Guaiqueríes de Margarita en manos chavistas una vez más saltó al tabloncillo el pasado sábado 9 de julio de 2022 a pesar de las prohibiciones existentes.
Foul y vale
¿Cómo lo hicieron? Coello esta vez junto a un viejo aliado, Leopoldo Espinoza tomaron nuevamente la ventaja. Ya se habían preparado, estaban un paso por delante, quizás dos. Con una prohibición de utilizar la fundación, desempolvaron una sociedad mercantil llamada GUAIQUERÍES SPORT PRODUCTIONS, C.A., la cual según el acta constitutiva a la que tuvo acceso Pelota Brava fue creada el 18 de marzo de 2021, bajo el número 271, Tomo 2-A en el Registro Mercantil Primero del Estado Nueva Esparta. Con el tiempo apremiando por la inauguración de la temporada y la fundación paralizada por las decisiones del tribunal margariteño, sacaron el otro comodín: la compañía.
Pelota Brava tuvo acceso al documento estatutario de la compañía, el cual también fue mencionado por Guerrero en rueda de prensa convocada en la isla de Margarita para informar a los medios la manera como los administradores de Guaiqueríes una vez más se saltaban el cerco que les ordenaba entregar el equipo.
En dicho documento figuran Rosa Indriago y Rahquel Silvana Rodríguez Chávez como accionistas de la compañía que lleva por nombre Guaiqueríes Sport Productions. Fue constituida con un capital de 2.000 millones de bolívares, a razón de mil millones cada una, es decir, es una sociedad 50-50 entre Rosa Indriago y Silvana Rodríguez.
Indriago apareció en la primera Comisión Técnica Deportiva de la entonces intervenida Guaiqueríes de Margarita en 2011. De hecho su nombramiento fue hecho vía gaceta oficial. No es nueva su vinculación al equipo oriental. Es amiga personal de Coello, incluso lo define como su «hermano». Es contadora y trabajó en el sector turismo con agencias de viajes.
Por su parte Rahquel Silvana Rodríguez Chávez también vinculada al turismo y al gobierno, es la socia de Indriago en Guaiqueríes Sport Productions. Fue empleada de Guaiqueríes BBC, S.A. según refleja el portal del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales.

Denunció Guerrero que el capital social de la compañía fue representado en el inventario de apertura consignado ante el Registro Mercantil por una laptop, una impresora y un celular. ¿Cómo es posible que una compañía que dirige un equipo de baloncesto profesional con gastos propios de la actividad tiene un capital social tan bajo? Añadió que estos equipos realizan contrataciones de jugadores extranejros cuyos honorarios deben ser pagados en dólares, así como boletos de avión, trámites de visado, entre otros gastos importantes. ¿Cómo esta empresa puede pagar todas estas cantidades? ¿De dónde sale el dinero?
La vinculación entre las accionistas Indriago-Rodríguez Chávez y Anthony Coello es inocultable. De hecho el vicepresidente de la Fundación Guaiqueríes de Margarita Johan Rodríguez figura como directivo de Guaiqueríes Sport Productions C.A., ostentando el cargo de vicepresidente del equipo a pesar de no figurar como miembro de la junta directiva en los estatutos. Johan estuvo presente en la presentación de la Super Liga Profesional de Baloncesto la semana pasada en el Meliá Caracas y posteriormente en la rueda de prensa del equipo en La Asunción. Es una pieza importante en la estructura insular que lidera Coello.

La compaña tiene como domicilio actual la casa número 6-42 de la Calle Unión de La Asunción. Pelota Brava no pudo verificar que exista una sede en la mencionada dirección. Previamente la compañía fue constituida con domicilio en el gimnasio Ciudad de La Asunción.

Propiedad Intelectual
Otro de los aspectos controvertidos entre la familia Tovar y Coello es lo relacionado al uso de la propiedad intelectual de nombre e imagen. Según Guerrero, la familia Tovar registró la marca en su debido momento y Hanthony Coello pretendió desconocer ese derecho preferente intentando registrar la misma marca ante el Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual. Aun queda por deteminar el futuro de esta disputa. Pero Guerrero alega que seguirán actuando hasta obtener que el equipo retorne a manos de los Tovar. Cabe preguntarse ¿Por qué el presidente de la Federación Venezolana de Baloncesto intenta registrar como suyos una marca, logo y nombre de un equipo profesional y privado?


Títulos.
Guaiqueríes es un equipo ganador, marca una historia del deporte venezolano. En manos de los Tovar, el último título fue el obtenido en 2007. El año pasado se coronaron campeones de la Copa Superliga Profesional de Baloncesto, esta vez bajo la administración de la fundación. También fueron subcampeones de la primera edición de la Super Liga de Baloncesto.
«Dicen que es otro equipo, que no es el mismo Guaiqueríes, pero usan el patrimonio, la marca, el logo y hasta suman los títulos obtenidos» expone Guerrero.
Desde su intervención en 2011, Guaiqueríes ha vivido diferentes episodios, entre ellos las deudas con algunos de los jugadores importados, manejo de fondos sin transparencia, cambios de directivos por órdenes de «arriba», o el largo camino transitado hacia la devolución a sus originales dueños. Guaiqueríes de Margarita, más allá de una persona jurídica, representa un sentir de una isla, de un estado, de una afición, a la que le duelen sus colores.
Rosa Indriago y su socia Rahquel Silvana Rodríguez Chávez son piezas de Anthony Coello, utilizadas hoy para manejar el equipo desde una aparente sociedad privada. Hanthony desde la Federación de Baloncesto controla la liga, y en Guaiqueríes tiene sus fichas. Leopoldo Espinoza y Johan Rodríguez también son fichas de Coello. Las damas dirigen la compañia que hoy opera a Guaiqueríes mientras ellos estaban a cargo de la fundación. En el caso de Johan, sigue controlando desde la vicepresidencia del equipo.
Este grupo fue construyendo plataformas para soportar la continuidad en el manejo del club, se prepararon para el futuro. Una apropiación indebida que comenzó en 2011 y que once años después el equipo sigue en las manos incorrectas. Los derechos de la familia Tovar han sido vulnerados, se han burlado decisiones judiciales que han reconocido esos derechos. Es irónico que el otrora Viceministro de Justicia se burle precisamente de la majestuosidad de la justicia.
La Super Liga Profesional de Baloncesto permitió inscribir un equipo que presentó cambios de titularidad. Eso debió prender las alarmas en cualquier liga organizada del mundo, La Super Liga reconoce a los propietarios originales, pero no los aceptaron, sino que le permitieron a la empresa de maletín la inscripción de Guaiqueríes. Todo esto fue posible gracias a la intervención de Hanthony Coello quien desde el año 2011 ha estado vinculado incluso presidiendo al equipo y hoy tiene control del baloncesto venezolano.
Rosa Indriago, Rahquel Silvana Rodríguez Chávez, Leopoldo Espinoza y Johan Rodríguez han trabajado de la mano con Coello en Guaiqueríes, son sus fichas de confianza. A pesar de querer proyectar una apariencia de emprendedores, comerciantes, empresarios comprometidos con el deporte, dejan ver las intenciones de no querer soltar lo que no les pertenece. La cuna en Guaiqueríes no se mueve sola, La mueve Hanthony Coello.