David Murillo @Daless3z
El fútbol es una obra del ser humano que celebra el talento, la clase y el despliegue físico y así como las antiguas culturas construían templos y espacios para hacer honor a sus grandes capacidades físicas, el fútbol ha creado su historia en base a “templos» que conservan una mística increíble, el aliento de la afición, la distribución de los espacios, la acústica, la cercanía, entre otros elementos hacen que el fútbol guarde este increíble lazo con la gente.
Uno de estos templos con la historia, la tradición y la mística digna de un centro donde todo amante del mundo por lo menos alguna vez en su vida debe ir es el estadio Alberto J. Armando, quizás pocos lo conozcan en base a su nombre de pila, pero si en base al nombre que los amantes del balón le han dado el mejor conocido como «La Bombonera» es el mejor representante de la pasión por el juego en América.
La Bombonera fue desarrollada por la directiva Xeneize, en un predio que se había adquirido para construir su propio estadio, sin embargo, el espacio resultaba muy pequeño y se tuvo que construir un estadio donde la gradería queda muy cercana a la cancha y esto genera un ambiente especial que hace que el aliento se sienta de manera especial y potente, retumbando directamente en el corazón de los jugadores.
Un diseño peculiar en forma de «D» o de herradura, en sus paredes relataba que La Bombonera no tiembla, late. Elegido por muchos jugadores como uno de los estadios más imponentes del mundo, para muchas revistas y medios el mejor estadio del mundo y para muchos aficionados un mito y el objetivo de una vida poder alentar a Boca desde sus gradas, mucho se ha contado que al entrar al estadio podes comenzar a alentar, pero no podes dejarlo de hacer, gane o pierda el equipo la afición tiene como consigna alentar hasta el final.
En La Bombonera, el Boca Juniors se ha forjado como el gigante de América y ha llevado a cabo sus más grandes gestas deportivas y es que hasta el 2018, Boca sólo había perdido 13 veces en su recinto y había logrado el 75% de los puntos en disputa en Libertadores, lo que lo convertía en un verdadero bunker para los rivales, muchos entraban, pero pocos salían vivos y pudiendo contarla.
Son muchos los jugadores que se han decantado por este templo, entre ellos Riquelme que en repetidas ocasiones demostró su amor por esta Catedral del deporte, De Rossi quien muchas veces demostró su intención por jugar en Boca hasta lograrlo, comentó que el estadio era especial y que se enamoro de ver como se alentaba en el.
Todo amante de la historia debe viajar a las pirámides de Egipto, todo amante de las culturas mesopotamicas debe conocer los templos Aztecas o Mayas, todo católico debería poder conocer el Vaticano, pero todo amante del fútbol sin importar su nacionalidad o afición debe conocer La Bombonera, porque cuando ellos gritan las paredes de La Bombonera laten.
Fotos: Cortesía