Noche de dos hits en su estreno en Las Mayores
Un refrán popular de la ciudad de Maracaibo, en el occidente venezolano dice «Maracucho pendejo se muere chiquito».
Esto hace referencia a la capacidad de los habitantes de esa región a estar siempre atentos a cualquier situación que les presente la vida.
Wilyer Abreu parece no ser la excepción. Ayer el jardinero de 24 años debutó en Las Mayores con los Medias Rojas de Boston y conectó su primer imparable ahora con nu nuevo grado de grandeliga.
Firmado por los Astros de Houston en con un bono de 300.000 mil dólares, Abreu fue canjeado en 2023 a Boston por el catcher Cristian Vásquez.
Por eso hay que estar listo
Abreu relata sobre lo que representó el debut, pero no deja de resaltar la clave de este primer paso: Estar ready para cuando sea necesario.
Y es que la ofensiva mostrada por Abreu durante el mes de agosto en las menores fue la clave para ser llamado al equipo grande los Medias Rojas tras la lesión de Jarren Durán.
Promedio al bate de .424, con nueve jonrones y 25 carreras remolcadas fueron guarismos imposibles de pasar desapercibidos.
Ese era el plan, de acuerdo a los Medias Rojas: estar en el roster como un jugador de reemplazo. Pero la oportunidad llegó incluso más rápido de lo que esperaba.
«No esperaba jugar tan temprano en el juego, quizás a correr, a jugar defensa, pero expulsaron a Verdugo y entré a jugar, yo estaba listo» cuenta Abreu todavía sonriente por su reciente estreno.
Alex Verdugo fue expulsado del juego luego de reclamar al árbitro principal en la parte alta del cuarto inning. En ese momento, el dirigente patirojo Alex Cora le dijo al zuliano que buscara su guante que iba a debutar en la pradera derecha.
«Las emociones se me vinieron encima, empecé a sentir nervios y al final pude controlarlo. Fue un momento increíble».

Cuestión de ajustes
En la alta del cuarto episodio, Abreu tomaría su primer turno como grandeliga. El lanzador rival era Justin Verlander. Las Grandes Ligas no son cuentos de hadas y príncipes, y Verlander lo ponchó con 5 lanzamientos.
Los 3 swinges fueron a picheos en la zona de strike. Un punto interesante.
Abreu relata como enfocó su mente para regresar al plato en un segundo viaje y buscar la oportunidad de hacer las cosas de otra manera, a su manera.
«En el primer turno, enfrenté a Verlander, un pitcher Salón de la Fama, traté de hacerlo bien, pero me ponché, después de ese turno, boté toda la presión y me enfoqué en hacer todo lo que yo se hacer»
En la séptima, para muchos «de la suerte», Abreu enfrentó a Kendall Graveman. Una recta en la parte interna del plato fue el picheo elegido para buscar el contacto. El resultado fue un doblete que marcó su primer imparable en el big show.
«Hago mis ajustes internamente, en este caso el ajuste fue de presión, de ansiedad, luego del primer turno, fui mas tranquilo al home, mas calmado y de esa manera vi un mejor picheo». Confesó.
Esa misma confianza, le permitió conectar otro hit, esta vez en el noveno capítulo. Para cerrar su primera noche en las grandes ligas de 3-2, con carrera anotada y ponche.
«Fue algo increíble, no puedo ni explicar ese sentimiento, tanto esfuerzo que se hace y todos los años que han pasado, ver esos frutos te llena de felicidad».
Amigos y Familia
En el Minute Maid Park de Houston estaban algunos amigos de la infancia y ex compañeros del béisbol menor cuya amistad ha perdurado por años. Algo que Abreu valora al punto de considerarlos familia.
«Es bueno saber que a pesar de los años, tienes personas que siempre están contigo, pendientes de lo que hago y de cómo me va».
«Me considero un buen amigo, una persona de confianza y que todos a mi alrededor pueden confiar en mi y yo con ellos».
Abreu agradeció a sus padres por el apoyo que siempre le han brindado y a su esposa quien pronto dará a luz su primer hijo. «Son mi motor, te imaginas lo feliz que me siento junto a mi familia».
Fotos: Cris Zelaya.