Varios dirigentes han desfilado recientemente por el cargo sin resultados positivos
Jesús Linares @jesuslinares23
No ha llegado el mes de diciembre y ya son tres los equipos que han cambiado su dirigente en la temporada 2021-22 de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. Luis Ugueto y Rouglas Odor fueron las primeras cabezas que rodaron cuando los Tigres de Aragua y Águilas del Zulia movieron la mata respectivamente. La Guaira no se quedó atrás en la onda de despedir dirigentes y Denis Malavé fue removido de su cargo hace apenas un par de días. El picheo sigue siendo el talón de aquiles de todas las oficinas en la liga. Esos scores abultados no los quiere nadie cuando es tu cuerpo de lanzadores el que recibe castigo juego a juego.
La decisión tomada en la oficina de Tiburones pareciera apresurada, pero entendible. Nadie quiere verse en el último puesto de la tabla, lugar que precisamente ocupan dos de los tres equipos involucrados en despidos de dirigentes. Los Tigres están en la pelea con una racha ganadora de seis juegos en fila a pesar de como hemos advertido previamente, el picheo ha sido castigado pero mostrado algunos episodios de intermitencia cardiológica y en los momentos precisos han sacado outs importantes. Cosas de la pelota que muchos no entienden.
La franquicia de Tiburones de La Guaira ha vivido épocas buenas, pero se acercan a las cuatro décadas sin saborear el campeonato. Gerentes capacitados han pasado por sus oficinas, por su puesto también los incapacitados que han causado desastres al equipo. La última década ha sido conflictiva en algunas temporadas, el recordado episodio de Reny Osuna, es apenas una muestra de lo difícil que ha sido para el equipo retomar sendas triunfales.
¿Qué pasa?
Demasiadas personas opinan en Tiburones. Los dueños, gerentes y asesores tienen la tarea de estructurar el equipo y armar el mejor cuerpo técnico posible. Sí yo como gerente general, deportivo, etc, contrato un manager junto al cuerpo técnico «ideal» y no funciona luego de un mes de temporada, entonces yo no hice la mejor de las elecciones. Pero en La Guaira sucede un fenómeno que va más allá de la consulta a los hombres del maletín. Tiburones es una especia de tribu en donde se suele escuchar hasta opiniones de periodistas, miembros del circuito radial e incluso de amigos cercanos e íntimos. En ese escenario un gerente que hace tal o cual escogencia, puede ver como su trabajo no es tomado en cuenta por una «opinión» de un narrador o de un comentarista. Así es difícil avanzar. Son demasiadas voces con voto tomando decisiones y eso suele generar caos; en criollo dicen que muchas manos ponen el caldo morado.
Lo cierto del asunto es que Malavé fue despedido y fue designado Jackson Melián, con experiencia en postemporada y serie final con Caribes de Anzoátegui. Está regresando esa tendencia a despedir dirigentes con la intención de buscar un despertar de los peloteros, pero a la vez es un reconocimiento de la mala gestión de las gerencias al despedir también a miembros del cuerpo técnico (coaches de banca, de bateo o de picheo).
Hace ya algunos años, La Guaira presentó con bombos y platillos a Ozzie Guillen, y a pesar de no lograr el título ni de haber sobresalido en la dirigencia, desde la oficina afirmaban que la estabilidad era lo primordial. Luego de dos temporada sin éxito, han desfilado al menos cuatro estrategas entre ellos Reny Osuna, Gustavo Molina, Rusell Vásquez, Denis Malavé y ahora Melián.
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