Nueve días de fiesta se vivieron en Miami. Organizadores obtuvieron una excelente calificación
Cuando los Marlins de Miami apostaron por organizar la Serie del Caribe del año 2024 sabían que tenían un reto muy grande. Los ejecutivos de negocios del club vieron la posibilidad de montar un evento que no solo pueda generar buenos dividendos, sino que sirva además de elemento conector con el público hispano del sur de la Florida.
Ese mismo público con el que los Marlins tienen años tratando de conectar y que por alguna razón, los resultados no han sido los deseados.
Si bien es cierto que la principal forma de llenar un estadio es tener un equipo competitivo, no es menos cierto que los Marlins tienen su propia filosofía. Eso de retener jugadores top no es precisamente la forma de trabajar del club, pero eso es tema de otro debate.
Hoy destacamos como a nivel de operaciones y de negocios, los Marlins sacaron la casta de organización de grandes ligas y dieron una verdadera cátedra de cómo hacer las cosas.
Una parada previa: Clásico Mundial de Béisbol
El mes de marzo de 2023 fue clave para lo que vendría 11 meses después.
La organización del World Baseball Classic no solo estuvo de primera mano, sino que sirvió de plataforma para lanzar un evento como la Serie del Caribe. Entiendo que usted pueda tener dudas y preguntarse de cómo es posible que un evento de talla mundial como el WBC sirva para lanzar a uno más pequeño como la Serie del Caribe, y creame que lo comprendo a usted.
¿Los aficionados enloquecieron más por un rolin de combinación 43, de Alexi Amarista aLeo Regginatto, que con el ponche que le metió el japonés Shohei Ohtani a Mike Trout para el triunfo de Japón? Es precisamente el enfoque local que tiene la Serie del Caribe, el record de asistencia les da una respuesta con números, que va más allá de simples aficiones.
En todo caso, fueron más los que pagaron por ver la final de la Serie del Caribe que la del WBC.
En ese sentido, los Marlins pudieron ver a través de la bola de cristal lo que les deparaba el futuro. Por supuesto falta conocer los números que importan, los del dinero. Pero ellos insistieron que si el evento fue bueno, ellos van a organizarlo nuevamente, posiblemente por allá en 2029.
Lo importante del talento humano
La Confederación de Béisbol del Caribe entendió más o menos en 2018 que la Serie del Caribe necesitaba tomar un nuevo rumbo, incluyendo un cambio de formato, recuerden ustedes que tras la suspensión del evento en Barquisimeto ese año, Panamá levantó la mano y montaron la serie de manera express pero con buen éxito.
Esa hazaña preparó el camino para lo que vendría, ediciones en México, República Dominicana y Venezuela, cada año superando al anterior en cuanto a organización y logística.
Incluso el nivel del juego también mostraba mejoría a pesar de las constantes bajas propias de la fecha y la cercanía con los entrenamientos de primavera de las grandes ligas.
El binomio CBPC y los Marlins de Miami fue clave. La experiencia del organismo que rige la pelota en la región, con la pericia de grandes eventos que supone trabajar en un equipo de MLB permitió la clase de evento que presenciamos. Las comodidades de un estadio de MLB, una ciudad como Miami con todas las condiciones logísticas y hoteleras permitieron un evento de primera mano.
Records varios de asistencia, y unos fanáticos que se fueron contentos a casa luego de disfrutar más de una semana de béisbol.
Contar con profesionales en cada área le permitió que nada fallara. Puntualidad, limpieza, organización, en todas las áreas, desde el terreno de juego, las ventas y hasta la seguridad.
El trato a la prensa, a los atletas y en especial, al fanático fue digno de admirar y por supuesto de copiar para posteriores eventos. En la medida que cuentes con personal capacitado, las cosas van a funcionar. Aquí si que aplica eso del ganar-ganar.
El show que se montó en el terreno
Por si fuera poco, los Tiburones de La Guaira se dieron a la tarea de dejar en la historia su participación en el clásico caribeño. Primero sortearon una sequía de 38 años sin titularse en Venezuela. Ya eso es bastante interesante de ver en una Serie del Caribe. Pero los equipos venezolanos no ganaban en el caribe desde 2009.
Eso le dio un toque diferente. Por supuesto, contar con la dirección del manager Ozzie Guillén siempre va a ser un plus, porqué es un dirigente campeón de grandes ligas (2005, Chicago White Sox) y aparte porque ha sido polémico, incluso cuando dirigió a los Marlins de Miami.
La Guaira armó un trabuco comenzando con Guillén y su coach de picheo, Carlos Zambrano, otro ex MLB de larga trayectoria. El gerente deportivo, Luis Sojo es un varias veces campeón de MLB y el roster contaba con figuras como Alcides Escobar, también con experiencia en celebraciones de campeonatos.
Otros como Yasiel Puig, Luis Torrens, Hernán Pérez, Alexi Amarista también saben de celebraciones y cuentan en su haber con muchos innings jugados.
Un no hitter del zurdo Ángel Padrón, quien era poco conocido incluso en la pelota venezolana. Un bullpen intraficable integrado por los principales cerradores de la liga, refuerzos de lujo como Athony Vizcaya y Silvino Bracho quienes junto al cerrojo Arnaldo Hernández silenciaron a todos sus rivales, incluyendo ese blanqueo en la final ante los Tigres del Licey de la República Dominicana para coronarse campeones.
El show no va a estar completo sin mencionar por supuesto al MVP, el lanzador Ricardo Pinto. Se llevó practicamente todos los honores porque fue la carga necesaria para inspirar a sus compañeros. El también Jugador Más Valioso de la final de la pelota venezolana se convirtió en el hombre de confianza de Guillén y no defraudó a su equipo, ni a su país.
La Serie del Caribe está más viva que nunca, los organizadores tienen algunas tareas pendientes, como por ejemplo, adelantar un poco el evento para que los jugadores de MLB se animen a participar. Se vienen cosas buenas para el béisbol del caribe.