Bravos de Margarita salta hoy al terreno con una misión clara y sencilla: Clasificar a postemporada. El equipo que nació como Petroleros de Cabimas, creció como Pastora de Occidente y de Los Llanos, y ancló entre Margarita y La Guaira aun no ha visto «a linda» desde su fundación en aquella famosa expansión de 2007. Es el único equipo virgen de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, a pesar de haber tenido algunas participaciones en playoffs y quedarse en el camino en las últimas dos temporadas, aún «nada de aquello».
Hay un dicho conocido entre fanáticos en el que decían de cualquier equipo que no clasificaba. «Son como las hallacas, llegan hasta diciembre», Haciendo referencia a la tradicional comida venezolana típica de las navidades en el país. Bravos necesita salir a competir en enero. Es hora de avanzar y regresar a la postemporada.
¿Cuál es el problema? Yo he sido honesto con esto muchas veces. La estructuración del equipo no es tarea sencilla, pero gerenciar no es para cualquiera. Los títulos se construyen en la oficina y un equipo que no gana, evidentemente debe revisar su esquema y evaluar las razones que influyen en los resultados negativos. En otras palabras, sí siempre hago lo mismo y no funciona, es hora de hacer algo diferente. Comenzar con la gerencia es un buen punto. ¿Mis gerentes sirven? ¿El scouteo funciona? ¿mis asesores pueden aportar valor?, entre otras interrogantes, apenas bastaría un NO, para entender que el proceso sigue por mal camino.
Tras la era de Rubén Mijares al frente de Bravos, Yves Hernández asumió la gerencia general del equipo. Básicamente los resultados han sido los mismos. Cero títulos en 15 años. A menudo se suele insistir que las últimas dos temporadas casi clasifican y que el año pasado jugaron para .500 y el formato del torneo permitió clasificar a Tigres de Aragua que tuvo peor record pero estaba en otra división. y si, esas vainas pasan. También en el deporte suceden cosas que nadie puede entender, pero que tampoco les van a explicar. Algunos dicen suerte o mala suerte. Fueron simplemente las reglas del juego.
Luego de los gerentes o de la «front office» vienen los managers y técnicos. Yo no suelo cuestionar managers, porqué ese es uno de las trabajos más fastidiosos del mundo y en donde nunca vas a tener a todos contentos, incluidos fanáticos, jugadores, jefes, amigos, etc…basta que ganes para que te aplaudan y que pierdas para que te lluevan las críticas; pero así es el trabajo y en Bravos no es la excepción.
Desde Phill Regan a esta segunda etapa de Luis Dorante, han dirigido Gregorio Machado, Don Baylor, Hensley Meulens, Marcos Davalillo, Henry Blanco, Alex Núñez, Elvis Aliotti y David Davalillo. Como pueden ver, la lista tiene desde inexpertos en el puesto como Núñez y Aliioti, hasta experimentados como Regan, Baylor, pero también a Blanco como uno que se mantiene en pelota organizada como Blanco y David Davalillo como otros que son todo lo contrario como Marcos. Eso es complejo porque en una liga como la LVBP no necesitas tener a Brian Snitker ni Aaron Boone, solo necesitas a alguien que pueda ganar y ser exitoso.
Entonces, lo que se debe ver en un candidato a manager, entre otras cosas, es la conexión que tuvo al momento de la entrevista, las propuestas que trajo a la mesa de negociación, el trato y comunicación con los peloteros, el manejo previo, el conocimiento, incluso la lengua. La experiencia no debe ser el principal filtro porque sino entonces no habrían managers novatos. Son otros factores que van más allá de dar un par de señas y armar una alineación. Los coaches van por el mismo camino. Mientras que cada quien cumpla su rol y sobre todo se trabaje en equipo, deberían funcionar las cosas armónicamente y fluir en ese punto.
Desde el terreno la cosa es diferente. La ofensiva insular ha demostrado que puede competir, tiene paleadores que hacen buen trabajo y están probados en la liga. Eso es muy importante. Ramón Flores y Diego Rincones encabezan esa ofensiva y algunos otros que deben ayudar sobre todo a embasarse. El béisbol es uno solo, pero los componentes del sistema MLB es distinto a nuestra pelota invernal, en base a eso es que deben hacerse los ajustes y volvemos al punto principal: la oficina.
Desde la mirada de los lanzadores las cosas no parecen haber cambiado mucho. Henry Centeno, un lanzador de gran calidad, encabeza al grupo que estará conformado por extranjeros y brazos jóvenes. No voy a ahondar en detalles. Lo que si es preciso saber es que el picheo colectivo de Margarita tuvo efectividad de poco más de 5, eso supone que para ganar, debas tener un carro de leña, por lo que parece a los ojos de este servidor, sería más sencillo trabajar en ese mejorar el departamento de picheo, que contratar bombarderos y grandes bateadores. El picheo sigue siendo el rey del juego.
Veremos si el regreso de Dorante ayuda a que se le pueda ver el queso a la tostada desde el plano beisbolístico. Hablar de importación suele ser una lotería, salvo cuando tú como gerente sabes que el jugador no te va a ofrecer nada, pero igual lo traes porque «eso es lo que hay», o por ahorrarse un dinerito. La incorporación de los grandeligas da muchas esperanzas aunque jueguen poco, pero siempre hace soñar a muchos. El zurdo de los Angelinos de Anaheim, José Suárez y el jardinero de los Rays de Tampa David Peralta confirmaron a pelotabrava.com que hay interés de jugar con Bravos este año. En el caso de Suárez, es asunto de alinear las cosas con su organización y de llegar a un acuerdo con Bravos por sus honorarios. Peralta planea volver a la LVBP pero no tiene claro si en diciembre o en enero, lo que supone que Bravos deba estar en postemporada para contar con Peralta.
Para cerrar, los Bravos han dicho que siguen siendo de Margarita -al menos por ahora-, que su intención es regresar la próxima temporada a la isla y que el equipo sigue siendo propiedad de Tobias Carrero, luego de aquel nada claro proceso de intervención tras los asuntos judiciales de Multinacional. Este año se tenían previstas jugar algunas series en la isla, pero ya eso no va. La verdad es que en Guatamare, los Bravos no tienen el respaldo de la afición que ellos esperaban e incluso que ellos merecen. La gente no va al estadio. Hay que decir además que ellos junto a los gobernantes de turno han ideado rutas con buses para llevar aficionados pero no ha sido exitoso el plan. El éxito de una taquilla va de la mano de los resultados en el campo, en eso hay que trabajar. Por otra parte, la ausencia de pelota en la isla estos años, pueda hacer que los fanáticos comiencen a asistir con mas frecuencia a los juegos. Pero si regresan las pobres entradas, lo mejor será ubicar a Bravos en otra región.
Bravos tiene madera, pero debe dejar de ser un surtidor de refuerzos a los otros equipos en postemporada. Es hora de que Centeno, Flores, Rincones y Valera, avancen junto con sus compañeros a la tierra prometida, esa es la vía para que suene el vals y la quinceañera pueda bailar.
Fotos: Daniel Ramírez, Josue Stein y Jorge Brito