Autenticadores de MLB ayudan a preservar historia y mantener un gran negocio
Emilio Reyes no es pelotero, coach, ni miembro de algún equipo de béisbol, tampoco es un aficionado con tickets para toda la temporada. Sin embargo pasa su jornada de trabajo dentro del Minute Maid Park, casa de los Astros de Houston.
Es parte del team que Major League Baseball tiene en los 30 estadios de grandes ligas, a través de la empresa Autentications Inc, cumpliendo un peculiar proceso que pasa desapercibido para los aficionados: La autenticación de pelotas y otros objetos con los que se logran hazañas que quedan en la inmortalidad.

Con una ubicación privilegiada, Reyes se sienta apenas a un metro del terreno de juego. Una zona rodeada de camarógrafos que fue designada especialmente para tener acceso rápido a cada pelota que debe ser autenticada durante pleno juego.
Autenticador no es una ocupación que sea tan común, pero en el juego casi cualquier jugada o lanzamiento puede llegar a ser memorable. «debo estar pendiente de todo lo que sucede en el juego, y darle autenticidad a las pelotas durante el juego» dice Reyes a Pelota Brava.
El Programa de autenticación de MLB iniciado en 2001, se ha convertido en el estándar de la industria para la autenticación de recuerdos deportivos autografiados y usados en juegos. «Diseñado para distinguir los recuerdos de la MLB autenticados oficialmente de otros artículos en el mercado, el programa ofrece un sistema objetivo de autenticación de terceros que garantiza recuerdos genuinos para todos los fanáticos de la MLB».
El proceso es simple, MLB asigna unos stickers con hologramas cuyos parámetros de seguridad incluyen un còdigo QR, un número de serial y otros elementos que permiten verificar la autenticidad de cada objeto autenticado.

Un pitcher que debuta y lanza su primera pelota, un novato que conecta su primer hit, o el último out de un juego sin hits ni carreras, son momentos únicos, y MLB entiende que la manera de que el fanático tenga un pedazo de esa historia que puede llevar a su hogar a través de un objeto.
Reyes autentica casi cada pelota que es utilizada en el juego. Esta es su quinta temporada realizando este trabajo. «Autenticamos pelotas, bateas, cascos, bases, y casi cualquier objeto».
La gran cantidad de esas pelotas y demás objetos, son puestos a la venta por MLB y sus 30 equipos. Desde una camiseta utilizada por Justin Verlander en la Serie Mundial, hasta un frasco con un poco de tierra del Minute Maid se pueden encontrar en linea, así como en las diferentes tiendas de los estadios de Las Mayores.
Michal Posner, Director Senior de MLB Autentication afirma que el programa fue creado para «dar al aficionado esa seguridad o tranquilidad de tener un objeto que fue testigo de un gran momento del béisbol».
«Nuestros autenticadores están en cada juego y en cada evento y cuando algo sucede, ellos colocarán el holograma a ese bate, pelota o cualquier objeto» resalta el ejecutivo.
Muchas de las autenticaciones se dan a las pelotas de béisbol. Una vez que salen del juego, pasan a manos del autenticador quien antes de colocarlas en una caja les pega el sticker con el holograma respetivo. Es un proceso ordenado y todo queda documentado en un libro de registro que sirve a su vez como respaldo.
La seguridad que siente un aficionado al comprar una pelota autografiada viene dada por ese certificado de autenticidad que otorga un producto con el aval de MLB. «Se busca preservar la industria» dice el el yankee y Salón de La Fama, Derek Jeter.
El contenido del holograma permite al aficionado o cualquier persona a ir a mlb.com y chequear la autenticidad del producto, es un proceso gratuito y público.
Reyes insiste que ellos no deciden cuales artículos irán a Cooperstown, solamente los autentican. Luego de ese paso, son los jugadores, los equipos y los encargados del museo del béisbol los que deciden cual o cuales artículos irán al Salón de la Fama.
«Es habitual que los fans me pidan una pelota, sucede a diario. Tengo que explicarles que no es posible, yo solo estoy haciendo mi trabajo».
«Estoy en un asiento privilegiado, pero es por trabajo» dice con una sonrisa Emilio.
Foto: Pelota Brava.