Finalizaba el mes de diciembre de 2022 y con ello la ronda regular de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. Al igual que en los últimos años, los bateadores estuvieron por encima de los lanzadores. El porcentaje de carreras limpias permitidas mostró elevados registros que causaron de dolores de cabeza a managers y coaches de picheo, e incluso incidieron en varios despidos de dirigentes.
No es colesterol ni triglicéridos, pero la efectividad que han mostrado los brazos en el invierno venezolano es igual de peligrosa, presentó números elevados, que a la vista de los especialistas en las oficinas y directivas requieren de cuidados, tratamientos y dietas.
El picheo más vapuleado resultó el de Tigres de Aragua. El porcentaje de carreras limpias permitidas de los felinos se ubicó en 5.39, lo que representó una verdadera comedera de uñas para sus aficionados y su gerencia encabezada por Víctor Zambrano con aquellos problemáticos cierres de juego en donde los outs eran esquivos.
Sin embargo, a pesar del 4.50 permitido en la serie de eliminación ante Margarita, lograron avanzar al round robin ya que Bravos, penúltimos en ese departamento en la regular (5.22), estuvo peor en la disputa por el comodín (10.50).
Ninguno de los ocho participantes en el torneo venezolano tuvo menos de cuatro puntos de efectividad en la 2022-23.
Curiosamente, las sotaneras Águilas del Zulia quienes jugaron para 21-35, terminaron con la mejor efectividad. (4.36) de la liga, mientras que los Leones del Caracas quienes a la postre se coronarían campeones, cerraron su participación con 4.38 de efectividad en la ronda regular.
Excepciones a la nueva normalidad
Parece que la efectividad elevada ha llegado para quedarse, muchos dicen que «eso no puede llamarse efectividad», pero esa es la expresión utilizada con bastante regularidad. Usted también puede referirse como «porcentaje de carreras limpias permitidas», si es de los que no les gusta utilizar la otra palabra. De esa manera quizás suene más leguleyo, formal o erudito, pero lo cierto es que está elevada.
El Cardenales de Lara de la temporada 2021-22 tuvo por mucho una mejor actuación que sus otros siete rivales. Los rojos fueron los únicos que mantuvieron el promedio de los tres puntos. En específico 3.59 que les permitieron liderar el renglón colectivo.
Es una excepción a la regla y que vemos con consistencia, en la 2020-21 Cardenales también lideró con 3.43, nuevamente como único cuerpo de lanzadores con menos de cuatro puntos. Mientras que en la 2019-20 los crepusculares trabajaron para 3.78 y se asomaron unas Águilas del Zulia con 3.99.
Desde la temporada 2015-16 hasta la 2018-19 el asunto estaba mas o menos parejo, pero en aproximadamente el último lustro, los brazos han tolerado más batazos que se han traducido en carreras limpias.
Cifras contagiosas
Una meta colectiva en la LVBP es reducir la efectividad, tarea laboriosa y complicada que depende de muchos factores. Los números en los pasados años son de terror y pareciera que poco o nada pueden hacer los cuerpos técnicos y coaches de picheo ante el elevado porcentaje de carreras limpias permitidas en el invierno venezolano.
La inflación en Venezuela va más allá de la golpeada economía, afecta también a los lanzadores de la LVBP. De hecho, este departamento no admite burbujas de ningún tipo como en la esfera económica del país ha sucedido. El castigo a los lanzadores no permite ningún tipo de maquillaje.
Pero ¿Hay un plan para bajar la efectividad?
«Es complicado, en la LVBP no hay la cantidad de estadística y métricas que existen en el béisbol de Estados Unidos» dijo un manager de la pelota rentada venezolana. «Se hace un plan con los abridores, pero si te fijas, al finalizar la temporada, hay que buscar lanzadores en el caribe».
Por si fuera poco, el asunto es más delicado con el bullpen. «muchos peloteros no tienen reporte de trabajo en el verano, por lo que no hay manera de hacer seguimiento posible o scouteo» afirma.
«En ocasiones, solo cerramos los ojos y apuntamos a un lanzador para que venga a trabajar», suelta con una sonrisa. «Hay que cruzar los dedos».
Padre Pobre, Padre Rico
¿Son los bateadores demasiado buenos o los lanzadores pecan de inefectivos?
La pelota venezolana se caracteriza por tener unos cuantos buenos bateadores, en comparación con sus primas del caribe, se suelen ver varios jugadores con promedios superiores a los .300 puntos. En años recientes hemos visto a atletas como Alí Castillo, Balbino Fuenmayor y José Martínez golpear la bola con bastante facilidad.
De hecho Castillo suele ser un pick frecuente y apetecible para el afortunado primer elector.
En resumen, el nivel del picheo es bajo en comparación con los bates. «No hay velocidad en los brazos» me dijo una vez Félix Fermín mientras dirigía a los Cardenales de Lara. El estratega dominicano se fue con cierto descontento al no poder contar con un bullpen con brazos de poder.
Fácilmente pudo realizar puntos de comparación. «En República Dominicana casi cualquier relevista tira 96-98 millas. En Venezuela no vemos ese tipo de lanzador». Recordó.
Tienen tarea
Cinco de los ocho equipos han dado a conocer a sus coaches de picheo para la venidera temporada 2023-24 de la LVBP. El campeón Leones del Caracas repite a Wilson Álvarez, Cardenales de Lara irá con Ricky Bones, Tiburones de La Guaira con Deiner Orozco, Tigres de Aragua tendrá a Luis Meza, mientras que Giovanni Carrara tendrá la responsabilidad en Bravos de Margarita.
Magallanes, Zulia y Anzoátegui aun no designan al cuerpo técnico.
Foto: Daniel Ramírez @fotodan42