Tras tres años en Minnesota, Carlos Correa volvió a Houston para luchar por otro título, reencontrarse con amigos y disfrutar los lujos del equipo
REYES UREÑA
«La vida te lleva a lugares inesperados, el amor te trae a casa.» Así reza una frase con la que se puede resumir el regreso del puertorriqueño Carlos Correa a Houston tras haber estado durante poco más de tres años en Minnesota.
Correa tenía una cláusula de no canje con los Twins, pero permitió el pasado 31 de julio ser enviado de vuelta a Houston, su hogar, tras sopesar varias cosas.
“Mi familia vive aquí, tengo tremenda relación con muchos de los peloteros que están en este equipo y tenemos chance de poder ganar la Serie Mundial, cuando puse todas esas cosas en una balanza se me hizo fácil tomar la decisión”, dijo Correa en su primer día en el Daikin Park, durante una conferencia con los medios de comunicación.
Fueron una de sus primeras palabras en su regreso a casa, pero su bate ya había hablado para los Astros desde horas después de convertirse nuevamente en un sideral.
Antes del primer juego de la serie contra los Medias Rojas de Boston, Correa promediaba .405, con dos jonrones, seis impulsadas, OBP de .476, OPS de 1.098 y OPS+ de 202 en nueve juegos con los Astros, todos como visitante y defendiendo la ciudad a la que determina hogar.
“Super contento, definitivamente, es algo muy especial poder estar aquí, con este equipo, con este uniforme, de verdad vamos a hacer lo mejor posible para poder llegar lejos”, agregó el ahora antesalista de Houston, que fue pieza clave en la primera Serie Mundial obtenida por los Astros en 2017..
Correa confesó que el regreso también viene acompañado de un toque de humor doméstico. Entre risas, contó que su esposa le hizo notar que muchos de los lujos que ahora disfruta el equipo —como el nuevo avión y los hoteles de primera— llegaron después de su partida. “Volví para poder disfrutarlos”, bromeó.
El reencuentro con viejos compañeros también fue especial. El boricua recordó con afecto el mensaje que recibió de José Altuve tras confirmarse el cambio. “Me preguntó si ya estaba todo ok y le dije que sí. Al otro día llegué a Boston, lo abracé y le dije que lo extrañaba muchísimo. Es un pelotero grandísimo, del cual aprendí mucho. Fue uno de mis mentores”, relató.
Otro que recibió con los brazos abiertos a Correa, fue Jeremy Peña, a quien los Astros promovieron en 2022 tras la salida del boricua para que se encargase del campocorto.
Hoy el quisqueyano es una de las figuras de los Astros y el boricua llegó para jugar en la antesala y esto lo hace recibir elogios de quien fue su sucesor.
“Desde el primer día que nos conocimos, en el 2019, en los entrenamientos de Primavera me trató superbién, de verdad que he aprendido bastante de él”, dijo Peña, que además dio su visión sobre ahora su compañero en el infield.
“Yo siento que todo ha fluido, muy bien, él se está adaptando bastante bien a la tercera base, tiene un buen brazo, es Guante de Platino y de verdad tenemos buena comunicación”.
Antes de su primer turno en Houston, el que terminó con ponche, Correa tuvo que salir de la caja de bateo, hacer una pausa, quitarse el caso y agradecer al público que lo ovacionó y recordó que “el buen hijo, siempre vuelve a casa”
Foto: Houston Astros.
