PELOTA BRAVA
Jesús Linares @jesuslinares23
Aunque Bravos no fue sometido a un proceso de expropiación por causa de utilidad pública, la noticia causó conmoción entre los aficionados margariteños, pues en 2011 vivieron en carne propia la expropiación del equipo de sus amores, los Guaiqueries de Margarita.
Ayer, los miembros de la Junta Interventora de Multinacional de Seguros, C.A., encabezada por Julio Villarreal y compañía, se aparecieron en el estadio Nueva Esparta de la isla de Margarita y se habrían reunido con el gerente general de los Bravos de Margarita Yves Hernández de cara a la decisión judicial en la que los tribunales venezolanos le dieron la razón en el conflicto entre la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y la conocida aseguradora. Un empleado del equipo señaló que el encuentro entre las partes se dio en horas de la tarde en las oficinas del equipo ubicadas en el estadio regentado por la gobernación del estado y dado en comodato a Bravos.
Tras un litigio de varios años entre la CVG y la aseguradora, la justicia venezolana falló a favor de la estatal minera, pero tras estrategias legales lograron el embargo de otros bienes pertenecientes a Tobias Carrero, propietario de Multinacional de Seguros, Bravos de Margarita, el circuito Radio Venezuela y otras propiedades en el país. Tobias Carrero también posee una particiación accionaria en los Marlins de Miami en Major League Baseball , y ha expandido la actividad aseguradora a Puerto Rico y Panamá, así como otros negocios vinculados al fútbol español según informó un conocido del empresario. Carrero ha sido señalado de recibir jugosos contratos en el ramo de seguros durante el mandado de Hugo Chávez, y de estar en su momento altamente vinculado al chavismo. Para muchos, se trata de un pase de factura tras su distancimiento del gobierno.
Aunque Bravos de Margarita no fue sometido a un proceso de expropiación por causa de utilidad pública, la noticia causó conmoción entre los aficionados margariteños, pues en 2011 vivieron en carne propia la expropiación del equipo de sus amores, los Guaiqueries de Margarita. En ese entonces la expropiación de Conferry hizo correr a la tribu el mismo destino debido a que el equipo de baloncesto era propiedad de la naviera. Cientos de fanáticos alzaron sus letras en las redes sociales, muchos se mostraron indignados por la intervención gubernamental. Otros están expectantes ante una eventual mudanza del equipo fuera de la isla.
¿Y la temporada 2020-21?
Es incierto sí se jugará. Parece que la pandemia será quien determine la celebración o no del torneo de pelota invernal venezolano. Lo cierto es que hay un tema igual de preocupante y es el relacionado con las sanciones de la OFAF, esa prohibición que el año pasado impidió -en principio- el empleo de jugadores y personal técnico con afiliación MLB. Recuerden que Magallanes y Aragua están sancionados por la vinculación de sus directivas con el gobierno venezolano. Con esta nueva intervención, Bravos de Margarita presenta el mismo panorama que Navegantes y Tigres.
Otro detallito interesante es el tema del patrocinio. Por años los equipos de la LVBP recibieron divisas preferenciales del gobierno nacional bajo los conocidos esquemas de CADIVI, SICAD, DICOM, etc. Posteriormente la mayor parte del patrocinio vino desde la estatal petrolera PDVSA, lo que no ha sido visto con buenos ojos desde los Estados Unidos.
Queda por determinar el alcance de la intervención, por años los equipos en la LVBP han dependido de los dólares del gobierno. Soy de los que afirman que el deporte profesional en el país no debe estar en manos del gobierno, es sinónimo de retraso. Pero los dueños de equipos tampoco pueden pretender operar un negocio, en este caso un equipo deportivo profesional, con dinero regalado por el gobierno. En este país no hay pendejos, o ¿los pendejos son los fanáticos?
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