Una aproximación a las irregularidades en el día a día de la Venezuela deportiva.
Jesús Linares @jesuslinares23
Profesional o amateur. Bésibol, baloncesto, fútbol, atletismo. ¿Por dónde quieren comenzar? No importa la disciplina, el deporte venezolano vive una etapa desastrosa, decepcionante y encaminado a la peor de las situaciones en la historia del país. Desacato a decisiones de las federaciones internacionales de las que Venezuela forma parte, guerras internas entre miembros de las federaciones nacionales, injerencia de representantes del gobierno nacional, guisos de divisas y malversación de fondos, son apenas algunas de las barbaridades que se observan frecuentemente en el deporte venezolano.
Béisbol.
Por muchos años, el control cambiario impuesto por el gobierno, desvió el modelo de negocio de los equipos integrantes de la Liga Venezolana de Beisból Profesional. La venta de dólares a precios preferenciales hizo nacer un negocio sumamente atractivo para miles de empresas quienes encontraron una nueva forma de hacer dinero sin requerir de altas inversiones. Una empresa X obtenía moneda extranjera y no los utilizaba para desplegar su objeto comercial, sino que desviaban esos fondos y el acto corrupto estaba consumado. En esa «vuelta» según cifras del mismo gobierno se robaron al menos 11 mil millones de dólares, imputaron a varios fulano y mengano y al final, la derogación de la Ley de Ilícitos Cambiarios y el tiempo se encargaron de dejar todo en el olvido, justo allí en los archivos inexistentes de la memoria corta del venezolano.
Los equipos de la LVBP no escaparon a ello. Todos recibieron divisas preferenciales e incluso algunos años, recibieron fondos públicos tasados en varios millones de dólares a través de la estatal petroletra PDVSA vía patrocinio. Las cuentas nunca fueron claras, de hecho, las cuentas de las gestiones no han sido conocidas. ¿Por qué la falta de transparencia?
Hoy la situación es mucho peor, los dueños de equipos dicen que sin la ayuda del gobierno no es rentable jugar pelota en invierno, pero ¿qué clase de negocio es ese en el que usted como dueño no invierte dinero sino que espera que el gobierno le asigne divisas para poder operar?
Por otra parte, el tema de las sanciones del gobierno de los Estados Unidos a Venezuela complica el panorama. Las directivas de Tigres de Aragua y Navegantes del Magallanes cuentan con miembros de las gobernaciones de los estados Aragua y Carabobo respectivamente, cuyos gobernadores son aliados al gobierno nacional y en consecuencia a los equipos les afectan dichas decisiones sancionatorias. Desde las oficinas de los gobiernos regionales se niegan a ceder espacios, más bien quieren imponerse. Hay dinero y poder en juego, y eso que aun no se ha cantado play ball.
Baloncesto.
El deporte de los gigantes vive una crisis parecida a la del beisból pero con su propio recetario. Desde los tiempos de Antonio «El Potro» Álvarez en su paso como Ministro del Deporte las cosas no han ido por buen camino. la Liga Profesional de Baloncesto desapareció y ahora intentar sacar a flote una Superliga en la que aun no se define calendario, fecha, y lo más importante, de dónde sale el dinero y en qué se gasta.
La LPB vivió fraudes descarados en detrimento de la nación y del fanático. Aquellas famosas series de playoffs en las que algunos equipos «débiles» decidieron no jugar en casa. Un verdadero bochorno.
A nivel federativo los conflictos son recurrentes. Aquella salida de Carmelo Cortéz, la llegada de Bruno D´Adezzio y los planes para mejorar el baloncesto quedaron en el camino del olvido. La disputa por la federación entre Bruno y Francisco Delgado nos hizo pasar verguenza ante FIBA y ante todo aquel que sabe lo que es un balón y un aro. El resultado: El gobierno, a través de MinDeporte tomó las riendas de la federación y hoy Hanthony Coello, viceministro de Política Interior y hombre ligado al gobierno y al deporte -presidió a Guaiqueríes de Margaarita tras la expropiación de 2011, y cuya gestión fue cuestionada- es quien dirige la máxima instancia del baloncesto venezolano.
Fútbol.
En el Fútbol sucede más o menos lo mismo, apenas cambian los personajes de la película. Rivalidades, peleas, conflictos entre presidentes, directivos, directores técnicos, jugadores y hasta el ministro Pedro Infante nos han hecho parecer idiotas y retrasados mentales por estos conflictos de dinero y poder. La FIFA indica que deben ponerse de acuerdo, y normalmente sin hacer uso de la justicia ordinaria. La sombra del criminal confeso Rafael Esquivel sigue presente. Laureano González entró en conflicto con Jesús Berardinelli con la salida de Rafael Dudamel, acusaciones de corrupción y el famoso nombramiento del DT de la vinotinto. Nombres desfilaron, fueron y vinieron, viajes al extranjero. Hoy las riendas de la selección las tiene José Peseiro y el destino es incierto, pero con tanto desorden es fácill vaticinar fracasos.
La guinda del pastel viene dada con las pruebas presentadas por el periodista Gerardo Blanco quien se cuestiona -al igual que muchos ciudadanos y aficionados del deporte- las razones por las que Berardinelli teniendo antecedentes penales dirige la FVF, es decir, no puede cumplir la prueba de idoneidad exigida por la FIFA a quienes dirigen este tipo de entidades. Incluso explica el periodista que el presidente de la Federación Venezolana de Fútbol incurrió en el delito de forjamiento de documento junto al Secretario General Tomás Álvarez. Acusaciones han ido y venido desde el seno de la entidad y por supuesto, el manejo de los recursos ha sido la causa de toda esta situación vergonzosa y que atenta al desarrollo deportivo.
Lo cierto es que siguen los conflictos, ahora entre la FVF y los clubes de profesionales de primera y segunda división. La FIFA ha otorgado recursos, premios, fondos para la pandemia. La transparencia no existe en ningún deporte profesional venezolano.
Esta historia continuará…
1 comentario
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