Jesús Linares @pelotabrava
La tarde de ayer arribamos a la ciudad de Atlanta. Por poquito pierdo el vuelo y la solución habría sido volar de Houston a Chicago y luego a Atlanta. Afortunadamente las cosas se solucionaron y abordé el Hou-Atl a tiempo. La capital del estado de Georgia estuvo lluviosa durante el día libre. Los Bravos habían anunciado desde el juego 2 que no entrenarían ayer. Por su parte los Astros salieron al reconocimiento del campo al finalizar la tarde. Estaba lloviendo, pero los jardineros incluidos el utility Marwin gonzález y José Síri hicieron una práctica defensiva en la que recibían batazos contra la pared y jugaban al rebote y los tiros a las bases. La actividad fue interrumpida a los pocos minutos debido al aguacero que azotó el estadio.
Los Astros llegan con una gran incógnita. ¿Podrá Luis García aguantar la presión de la serie mundial? El muchacho ha estado bastante bien, pero en estos clásicos la experiencia tiene un peso fundamental. Para muestra lo ocurrido en el juego 1 con el dominicano Framber Valdéz, los Bravos aprovecharon el descuido del lanzador y lograron conectarle y obtener el triunfo. Ayer, otro jovencito pero con más experiencia incluida una serie mundial pudo maniatar a los Bravos. José Urquidy regaló 5 buenos episodios a la causa de los siderales. En Atlanta es más o menos similar. Morton está fracturado y toca esperar por buenas actuaciones de los abridores programados. Ambos equipos carecen de verdaderas garantías en el picheo. Hoy puede salir bien y mañana no, pero eso también es paridad.
La ligera ventaja la tiene Houston por la ofensiva, los maderos despertaron ayer y un despertar de José Altuve es un despertar colectivo. Síri y Maldonado también respondieron a pesar de ser jugadores de promedios bajos. Eso es un equipo. Pero no se equivoquen Atlanta también sabe jugar en colectivo. Albies se embasa, se roba una base y anota con elevados de sacrificio. Es una rutina permanente que Baker tiene muy claro y que hace daño. Por eso es fundamental mantener a Albies alejado de las bases. De esa manera es más sencillo trabajar a Freeman y a los poderosos Soler y ahora Rosario.
Hombre a hombre con Álvarez, Gourriel, Bregman, Brantley y Tucker los Astros son más fuertes, pero d´Arnaud, Swanson, Contreras, Adrianza, son peloteros que conocen el juego y por algo llegaron a la serie mundial. No hay manera de subestimarlos.
Día libre y de lluvia
En el infield la lona estaba puesta cuando arribamos al estadio, sin embargo cayó mucha agua por bastante rato. La ventaja de estos escenarios de liga mayor es que mañana está como si no hubiera caído una sola gota. El frío de octubre ya llegó a Altanta, veremos si afecta a los bateadores.
El Truist Park.
Es un estadio impresionante desde que se le accede. Cuenta con una especie de galería con tiendas, restaurantes y hoteles en los alrededores. La fiesta del béisbol no solo la viven quienes tienen el privilegio de comprar una entrada, sino también los miles de fans que ven los juegos en los restaurantes de la zona. El estadio tiene suficiente sitio de estacionamiento (hoy estaremos atentos a los precios) y muy llamativo la zonas de terrazas y suites de lujo para los aficionados más exigentes.
La Prensa
El palco central del estadio está ubicado en el Upper Level detrás de home. Hay un palco auxiliar situado en la “Hank Aaron Terrace” en el jardín izquierdo. Un bonito homenaje al estelar jugador de los Bravos de quienes recuerdan entre otros logros su jonrón 700 un 21 de julio de 1973. hay sufcientes sitios para toda la prensa acreditada a cubrir la serie mundial.
Accesibilidad y protocolos Covid.
A los periodistas se nos exigió presentar prueba de vacunación para la entrega de las credenciales, normativa que aplicó en ambas sedes. El acceso está controlado y se observan los protocolos covid en todas partes a pesar que los Bravos no exigen el uso de mascarillas ni el distancimiento social a quienes tengan un esquema completo de vacunación.
Foto: Cortesía